Prometer no empobrece...
Prometer no empobrece… cumplir es lo que aniquila.
Así dice un refrán mexicano y le queda “como anillo al dedo” a lo que ayer anunció la Liga Mexicana de Beisbol con su posible temporada 2020.
En su boletín oficial y en la entrevista exclusiva que el presidente del circuito le dio al programa BATEO LIBRE la tarde del jueves, fueron muy puntuales al decir que la temporada va, siempre y cuando sea con gente en los estadios.
A la LMB le habíamos criticado por mantenerse en silencio sobre sus planes inmediatos y lo del jueves fue una reacción inteligente que les da tiempo para futuras decisiones más importantes.
La gente se queda con la impresión de que la temporada empezará el 7 de agosto y ello tienen un mes para darle luz verde al llamado de peloteros para entrenamiento, juegos de pretemporada y campaña.
Y es que una vez que los jugadores empiecen a llegar, habrá un compromiso moral y deberán cumplirles sus contratos, algo que no pasa si deciden cancelar la temporada ahora o dentro de un mes, en la primera semana de julio.
Hoy es 29 de mayo y las condiciones del país no son las mejores para pensar en eventos masivos.
El semáforo (el de la Secretaría de Salud) es el que regirá las decisiones de los directivos de la LMB que, o son muy buenas personas o de plano están “blofeando” porque pase lo que pase, perderán mucho dinero (a menos que cancelen la temporada).
Como ya lo mencionamos en otro editorial, en este momento los equipos perderían algo de dinero si tienen que regresar los abonos vendidos, adelantos recibidos por convenios de publicidad y sueldos de oficina. Nada significativo.
Pero desde el momento en que comiencen a mandar los boletos de avión o autobús para sus jugadores, pagos de hoteles para hospedarlos, viáticos para entrenamiento, comida diaria… en ese momento comenzarán los números rojos
Sin contar que al cantarse el playball los sueldos de los peloteros quedarían garantizados hasta que termine el calendario (de 48 partidos, más postemporada).
Y nadie les garantiza en este momento (y tampoco en agosto) que podrán recibir aficionados en el parque de pelota. Tampoco les garantizan que la gente va a querer ir al beisbol.
Y si se diera un contagio o rebote durante el entrenamiento o la campaña regular, sería catastrófico, porque ya con los dedos en la puerta, no se vale dar marcha atrás… allí es donde “cumplir es lo que aniquila”.
Bien por la LMB al darnos a conocer el plan de juegos. Eso era lo que tenían que hacer. Ahora, a esperar a la primera semana de julio, cuando se tenga que hacer la decisión más difícil del año... darle para adelante o cancelar en definitiva.
P.D. El tema del empalme de calendarios entre las dos ligas profesionales lo platicaremos en otro editorial
#hitazo